Mi palacio de la memoria

Palacio de la memoria
Palacio de la memoria
Coloreado digital

Esta vez la ilustración que os traigo no es una obra artística, es la representación gráfica de una herramienta mnemotécnica que uso con frecuencia: el palacio de la memoria.

Tiene sus orígenes en el siglo V a. C., cuando el poeta lírico Simónides de Ceos fue invitado a un banquete en el palacio de Scopas en Tesalia (Grecia) para recitar algunos poemas. Los poemas cantaban la generosidad de Scopas, la hospitalidad de su casa, la belleza de su esposa, etc. Sin embargo, Simónides añadió unas estrofas en honor a Cástor y Pólux. Scopas le dijo que, ya que debía compartir la gloria con los gemelos sagrados, era justo que también compartiera los gastos: Simonides recibiría sólo la mitad de lo acordado, el resto se lo deberían pagar los dioses. Durante la celebración del festejo avisan a Simónides para que se dirija a la puerta a recibir un correo de dos mensajeros en el jardín. Mientras acude a la salida, el techo del comedor del palacio se derrumba y mata a todos los comensales sin posibilidad de reconocer los cadáveres aplastados. Simónides se dio cuenta de que podía recordar fácilmente dónde estaban situadas las personas en su interior, lo que le permitió identificar los cadáveres sin prácticamente ningún esfuerzo. Según la leyenda los mensajeros serían Cástor y Pólux que habían pagado su mitad salvando al poeta de una muerte segura.

Los Palacios de la memoria son archiveros mentales que permiten recordar largas listas de datos recorriendo sus estancias mentalmente. En wikipedia lo explican así:

El método consiste en imaginar un itinerario compuesto de un cierto número de lugares en un entorno familiar (por ejemplo, imaginar un recorrido por una casa en que el sujeto haya vivido), e imaginar los conceptos que se quiere recordar como objetos dentro del itinerario imaginado. Por ejemplo, si uno desea recordar una lista de productos para comprar en el supermercado, puede imaginar esos productos en uno o más lugares de la casa imaginada; una vez en el supermercado, puede recuperar la lista al recorrer mentalmente la casa y visualizar los objetos “colocados” allí anteriormente.

Mi palacio de la memoria es una esquematización del piso en el que crecí, con 80 casillas y, además de permitirme no necesitar apuntar nunca la lista de la compra, me sirve para cosas más complejas como, combinándolo con un código fonético, recordar más de trescientos decimales del número π ¡sin ningún esfuerzo!

Pd. En realidad lo que he descrito es el método de loci o de los lugares, los palacios de la memoria son una modalidad de este método donde las estancias reales se han sustituido por habitaciones imaginarias, ficticias, lugares que en realidad no existen. Es frecuente confundir ambos términos, a veces por desconocimiento, en mi caso porque me resulta menos confuso utilizar sitios reales, pero me sigue pareciendo que el término “Palacio de la memoria” tiene un halo de misterio y fantasía mucho más atractivo.

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